Ni una lágrima en tus ojos,
esta vez quiero pedir
a todos los que sufrimos
del atentado en París.
No nos verán derrotados,
si buscaban ese fin.
Inútil fue la masacre,
porque vamos a seguir
luchando juntos por ellos:
los que fueron a morir
a manos de desalmados,
tiñendo en sangre un país.
Escoria de raza humana,
vergüenza del existir,
en vez de defender vidas
mueren para hacer morir.
Queremos hacer justicia,
no nos harán sucumbir,
unidos en esa lucha
lo vamos a conseguir.
Defendemos un derecho:
La libertad de vivir.
Jenny.
Aquí estoy ya por fin. Me costó decidirme a crear este blog, porque no tengo vivencias importantes que contar. Soy como cualquier persona anónima que pueda llegar a aparecer por aquí. Lo único que pretendo es dar rienda suelta a mi imaginación, a mis ideas o a mi opinión. Escribir sobre mis gustos y aficiones, que son muchas; sobre cómo soy, cómo vivo y cómo siento.
Páginas
sábado, 14 de noviembre de 2015
miércoles, 12 de agosto de 2015
Todo el tiempo del mundo (Soleado)
TODO EL TIEMPO DEL MUNDO - JENNY
Hoy tengo tiempo,
tengo todo el tiempo del mundo,
para pensar en nosotros,
para pensar en ti… y en mí.
En todas las pequeñas cosas
que nos rodeaban
y que entonces no comprendí.
Es que aún te quiero,
sí… te quiero… ¡te quiero!
Y pienso en aquellas mañanas
y siento aun el calor
de nuestros cuerpos,
que entre las sábanas
formaban una cárcel maravillosa
de la que nos resistíamos a huir.
Recuerdo, recuerdo nuestro lenguaje
hecho de caricias y susurros.
Cómo te echo de menos
y cuánto te quiero…
Sí, ¿recuerdas?
Sí.
¿Recuerdas?…
Sí.
Pero aquello acabó, como acaba todo,
casi sin querer, igual que
el río se pierde en el mar.
No… no fue culpa tuya ni mía,
pero con nuestro orgullo
perdimos mil cosas bellas.
Hoy tengo tiempo,
tengo todo el tiempo del mundo,
y cuanto más pienso, más te añoro
y más te deseo…
Y es que aun te quiero…
TE QUIERO… ¡TE QUIERO!
TE QUIERO.
Sí.
¿Pero dónde estás?
tengo todo el tiempo del mundo,
para pensar en nosotros,
para pensar en ti… y en mí.
En todas las pequeñas cosas
que nos rodeaban
y que entonces no comprendí.
Es que aún te quiero,
sí… te quiero… ¡te quiero!
Y pienso en aquellas mañanas
y siento aun el calor
de nuestros cuerpos,
que entre las sábanas
formaban una cárcel maravillosa
de la que nos resistíamos a huir.
Recuerdo, recuerdo nuestro lenguaje
hecho de caricias y susurros.
Cómo te echo de menos
y cuánto te quiero…
Sí, ¿recuerdas?
Sí.
¿Recuerdas?…
Sí.
Pero aquello acabó, como acaba todo,
casi sin querer, igual que
el río se pierde en el mar.
No… no fue culpa tuya ni mía,
pero con nuestro orgullo
perdimos mil cosas bellas.
Hoy tengo tiempo,
tengo todo el tiempo del mundo,
y cuanto más pienso, más te añoro
y más te deseo…
Y es que aun te quiero…
TE QUIERO… ¡TE QUIERO!
TE QUIERO.
Sí.
¿Pero dónde estás?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)