Páginas

lunes, 8 de septiembre de 2008

UNA NUEVA VIDA (mi primer relato)

Amaneció un nuevo día. Para muchos un día más. Para ella el más importante de su vida. Había dormido poco esta noche pasada, motivos suficientes tenía para no hacerlo. En el último mes le ocurría a menudo. Se llevaba las noches desvelada pensando. Su vida iba a dar un gran cambio, deseaba hacerlo hacía años, y por fin llegó esa oportunidad soñada por ella desde que su memoria recordara. Su vida hasta ahora había sido un poco monótona, sin sobresaltos. Ahora ya era todo inevitable, no habría marcha atrás.
Este año se había distraído con frecuencia en el trabajo. Hasta el punto de que sus compañeros preocupados, llegaran en numerosas ocasiones a preguntarle:
-¿Te encuentras bien?
Entonces ella miraba y sonreía asintiendo con su cabeza, queriendo compartir con ellos su inmensa felicidad.
Su pareja le decía constantemente que la notaba distante y cambiada. Pero sus pensamientos estaban fijados sólo en él. Hacía tiempo que deseaba este momento. Por fin lo iba a conocer. Había llegado la hora de ponerle rostro a ese ser desconocido y sin embargo, tan amado por ella. Ya no tendría que imaginarlo más. Lo sentía en su mente y en lo más profundo de su ser, pero ahora podría por fin abrazarlo, besarlo, acariciarlo… Sabía que ese amor que sentía, sería para toda la vida. Que iba a dejar atrás sus sueños, para hacerlos por fin realidad.
Se dirigió a la cocina, desayunó poco, apenas un bocado y un vaso de leche, no tenía apetito, pero quería estar fuerte y no desfallecer en este día tan agotador que le esperaba. No podía perder tiempo para luego no tener que andarse con prisas, así que sin entretenerse más, comenzó a vestirse y arreglarse, debería estar radiante. ¡Había pensado tantas veces en este día!
Su marido aún seguía durmiendo profundamente. Era todavía temprano, pocos minutos hacía desde que aparecieron los primeros rayos de sol. Recogió algunos objetos de tocador, lo más indispensable, documentos y algo de ropa que no hacía mucho había comprado, pensada para esta ocasión. Su bolsa de viaje ya estaba preparada.
Sentía miedo, pero trataba de ocultarlo mostrándose lo más serena posible. De tanta emoción tenía la boca seca, y volvió de nuevo a la cocina para beber un poco de agua. Pero el vaso cayó al suelo. Esta vez había sido más fuerte que nunca y casi imposible resistirlo.
Su marido al oír aquel ruido, despertó de repente, pegó un sobresalto y corrió a buscarla:
-¿Qué te ocurre? ¿Qué te pasa?
Ella respondió esbozando una leve sonrisa:
-Ha llegado el momento de marchar. No te preocupes ya he avisado por teléfono. El Hospital Maternal nos está esperando.

SOLO TÚ - MARTA QUINTERO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un final impactante, nunca lo hubiera imaginado.
Un aplauso a tu primer relato, y, espero, no el último.
Podías animarte y dejarlo en mi web.
Un beso.

Jenny dijo...

Gracias por tu aplauso a este pequeño relato. Para mí es un honor la propuesta de publicarlo en tu web.
Besos.